Dejamos atrás la Borgoña y su río, el Yonne, manejando a 130km/hora (es la velocidad máxima permitida en las autopistas francesas y vas bajo control de radares -si te pasas, te van descontando puntos de la licencia y te multan...en euros) entonces como 750km y más de 7 horas después, fuimos a dar a Cavillarge, un lugar perdido en la región del Languedoc-Roussillon.
Aunque estábamos ligeramente desviados de nuestro camino, parecía una buena opción (siempre es un volado pero todo es tan bonito que no hay nada que perder). Llegamos ahí por internet -(recomiendo www.gites-de-france.com ) y tras muchas respuestas negativas por tratarse de un fin de semana feriado y por lo tanto, con todo a su máxima ocupación....
La idea era solo pasar la noche en una "chambre d´hotes" y al día siguiente instalarnos en la casita de la Provence que habíamos rentamos (en Francia todas las rentas se hacen de sábado a sábado y no hay de otra; yo usé y recomiendo www.vrbo.com o www.papvacances.fr ) .
Este concepto de alojamiento, la "chambre d´hotes", es como un bed and breakfast pero siempre en la casa de los propietarios. Digamos que te rentan un cuarto acondicionado para huéspedes pero dentro de su casa, y por la mañana, te sirven el desayuno (sí, sí, el delicioso desayuno de buen café con leche, baguette, mantequilla de verdad, mermeladas, croissants, jugo...y si acaso yogures y fruta o cereales para quien tenga más hambre). La ventaja es que puedes encontrar unos lugares increíbles y no sale tan caro como un hotel de la misma "categoría", por decirlo de alguna manera.....
desde la carreterita |
("Mou mou, el ave, terminó viviendo en Paris, en casa de una protectora de pájaros, miembreo de la Asociación Internacional de Protección de Animales...pero esa es otra historia) .
De vuelta en el renault rentado (www.europcar.com), atravesamos varios viñedos por las carreteras rurales y salimos de languedoc-roussillon para entrarle con todo a la provenza....
Les cuento....
campo de lavanda en la Abadía de Senanque |
Originalmente ocupada por celtas, ligurios y griegos, eventualmente Julio César la conquistó y la hizo florecer. La Provence abarca la esquina sureste de Francia, y es un lugar privilegiado porque además de todo lo que tiene en tierra, queda bañada por el mediterráneo en la costa: Marsella, que es quizá la segunda ciudad más importante de Francia , para no ir más lejos.
Lo que se ve para donde voltees son tejas rojas, casonas viejas de ladrillos, mucho verde fértil por todas partes y hay mucho sol (dicen que a Van Gogh lo que lo cautivó en Arles cuando vivió ahí fue su luz).
En toda la Provence hay mucha cultura:
Aix-en-Provence |
Y como algunas ciudades datan del Imperio romano, aún sobreviven muchas ruinas:
Representación en el foro romano de Arles |
Le Pont du Gard |
El acueducto del Pont du Gard (este lugar es Patrimonio de la Humanidad y es el puente-acueducto más grande que construyeron los romanos, realmente impresionante; ahí hicimos un pic nic delicioso con más quesos apestosos, vino, baguettes.....a la orilla del río donde la gente puede o meterse a nadar o hacer cayak o simplemente darse un paseo por los bosques; hicimos un hallazgo inesperando después del pic nic en el Pont du Gard: fuimos a un pueblito que se llama Uzés y que nos sorprendió muchísimo. Quien vaya por ahí, no se lo pierda, realmente vale la pena!!!!!!
El arco romano en Orange y mi consentida: Avignon, también Patrimonio de la Humanidad y famoso por su festival cultural cada julio. Aviñón tiene que ser uno de los lugares más bonitos que he visitado. Es una ciudad amurallada y el principal atractivo es el Palacio de los Papas que fue construido en el siglo XIV, cuando trasladaron la Corte Papal para acá. Es visita obligada, tiene unos jardines espectaculares con todo y viñedo y una vista espectacular sobre el Ródano . Se recorre toda la ciudad a pie y es un placer andar por entre los aparadores de las tiendas, las cavas, los cafecitos... y hay que subirse al famoso puente St. Bénezet que hasta tiene su canción. El puente St. Bénézet en Aviñón |
Chateauneuf-du-Pape |
La casita en Bollene |
Claro, después de eso...sólo Paris.
Sin duda, los franceses sí saben disfrutar el buen vivir, y fue un placer y un privilegio poder disfrutarlo como ellos.
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