Mis crónicas viajeras...La Abadía de Fontennay y Chablis

 LA ABADÍA DE FONTENNAY


Durante la Edad Media aquí se produjeron muchas obras maestras y, justamente,  les cuento que ayer tuve oportunidad de conocer la Abadía de Fontennay: es un monasterio que se fundó en 1118 por San Bernardo. 


Este lugar, que desde 1981 fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, está en pleno bosque y los miembros de esta orden se dedicaban al retiro espiritual y a sus estudios de teología  y no me extraña que se hayan vuelto famosos y numerosos: el lugar es realmente espectacular y está muy bien conseravdo y restaurado.
 Hay unos jardines preciosos y está todo rodeado de bosque y agua. Es un lugar que realmente vale la pena conocer y que, para quienes disfrutan de aventarse largas camitas, es ideal porque hay muchos senderos para pasear en el bosque. Por cierto, la caminata a campo traviesa es un deporte muy practicado por aquí.  Además, tuvimos la suerte de dar con un restaurante muy rico y eso puede parecer algo banal o incluso ovio si pensamos que en francia siempre se come bien....el problema es que aquí sólo te dan de comer entre 12 y 1.30....y si llegas después, ya no te sirven, te ven feo y te tienes que aguantar el hambre hasta las 7 de la noche. 


Realmente el ritmo aquí es otro , lejos de Paris los comercios cierran para la hora de la comida entre 1 y 3. 



 CHABLIS

Hoy tuve un día menos espiritual y me fui a los viñedos de Chablis.  Empecé mi mañana con el típico desayuno francés, que aquí se llama "le petit déjeuner" y que consiste en un café con leche caliente pero servido en un bowl para poder chopear un buen pedazo de baguette abierta por la mitad con mantequilla y mermelada. Esas son las tartines.
La panadería que conseguimos también en méxico como los croissants o cuernitos y los pains au chocolat se comen más bien  cuando se toma el desayuno en la calle.


 Luego, nos lanzamos por las carreteritas rurales hacia la región de Chablis, que es como muchos saben, una de las regiones más famosas en el mundo por su vino blanco. Esta fotito de al lado la tomé así nomás, deteniéndonos en el camino entre Chablis y Migennes porque me pareció una imagen perfecta de la Francia rural...pero lo más impresionante es que imágenes como ésta se repiten en cada "esquina".
Vamos con el vino: el vino de Chablis está hecho al 100% de uva chardonnay a mí personalmente me gusta mucho porque es seco. Hay 4 categorías de Chablis: el petit Chablis, el Chablis, el Premier Cru y finalmente el Grand Cru. Ya les contaré de ésto con más detalle..... 
Es difícil transmitir lo que se ve y se siente, pero les puedo decir que me tocó un día soleado y muy agradable y que fue una belleza andar por entre los viñedos viendo aquellas colinas cubiertas de vid, respirando un olor muy particular de la tierra porque está cargada de minerales y además había llovido temprano por la mañana. Después de la cata ya iban a cerrar el changarro, así es que nuestra sommelier -que era un encanto- se trepó con nosotros al coche y nos llevó a uno de sus viñedos y nos pudimos bajar a tomar las fotos ahí. Aquí se ven las uvitas que están creciendo, con las esperanza de estar listas para la vendimia que se hace a finales de septiembre o principios de octubre. 


 El queso típico de la región se llama "Epoisses" y es de un amarillo naranjoso, muy apestoso y tiene un sabor excelente aunque es para paladares que disfrutan los sabores fuertes (y para narices resistentes). Lo untan con una especie de aguardiente -"marc de bourgogne"- hecha de los restos de la uva cuando se hace el vino y se deja macerar así durante 4 semanas. Toma un color anaranjado justamente de las bacterias que se le van desarrollando en la superficie. ....


Y aquí sigo, conociendo la región muy bien cobijada, alimentada y acompañada por mis queridos amigos E. y S. para quienes no me alcanzan las palabras de agradecimiento. 

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