No sé qué opinen ustedes pero al menos yo, creo que ser padre requiere un esfuerzo titánico y una buena dosis de poderes sobrenaturales (sí, claro, también es un hecho que tener hijos es un gran regalo).
Estoy segura que la mayoría de quienes somos padres no nos dimos cuenta, hasta que ellos nacieron, de que no teníamos ni la menor idea de en la que nos habíamos metido, pero al menos, a partir de ese día, hacemos un intento por no echarlos a perder demasiado y dejarles como mínimo legado una especie de kit básico de sobrevivencia con las herramientas más indispensables.
Por lo general, yo la paso muy bien con mis hijos y he tenido el privilegio de pasar mucho tiempo con ellos. Pero, poco a poco han ido creciendo y de pronto me doy cuenta que ya no pasamos tanto tiempo juntos (y confieso que de pronto sospecho que a veces me odian..... bueno, ya, sí estoy segurísima de que a veces me odian)
Seguramente, lo mismo les sucede a ustedes: los hijos pasan toda la mañana en el colegio mientras sus padres trabajan y luego en las tardes, entre sus clases, la tarea, el baño y la cena, al menos yo, reconozco que ya no tengo tanta paciencia.
Si a eso le sumamos que ellos muchas veces prefieren ver sus caricaturas o de plano enchufarse al ipod, nintendo, wii, chat y demás, la verdad es que realmente queda poco "tiempo extra" para compartir.
Entonces, hagamos de lo cotidiano algo especial...
La opción es tratar de que momentos como el desayuno, la salida del colegio, la hora de la comida y los trayectos de un lado al otro sean un tiempo de calidad, que realmente nos acerque todos los días y que les genere una sensación de bienestar general en su vida cotidiana.
No creo que la buena relación con los hijos se construya en las ocasiones excepcionales, más bien me queda claro que es una chamba de todos los días.
Aunque claro, si además, de vez en cuando, podemos salir de la rutina y hacer cosas extraordinarias y planes fuera de lo común, tanto mejor. (Por cierto, la rutina es fundamental para los niños desde bebés y aún en la adolescencia, porque es lo que les da seguridad y contención)
Cómo organizar planes divertidos para disfrutar más el tiempo juntos...
Cuando hacemos alguna actividad manual o nos metemos a la cocina con los niños (por aquí en el blog tengo algunas recetas pensadas especialmente para cocinar con ellos), tenemos que recordar que su capacidad de mantener la atención en una misma actividad no es igual que la nuestra. Un chiquito de 5 ó 6 años quizá tenga suficiente con 20 minutos, pero esos periodos se irán haciendo más extensos a medida que vaya creciendo.
ü Sentarnos con ellos a recortar y pegar puede ser una gran actividad. Pueden escoger un tema (animales, naturaleza, bebés…) y buscar imágenes relacionadas en una revista. Que recorten y luego armen un collage.
ü Si estás cerca de algún jardín, pueden dar un paseíto y recolectar cosas, piedritas, hojas, ramas, plumas….y hacer una obra de arte: sólo necesitas una cartulina y pegamento. Si no, abre tu despensa y saca pasta: pueden pintarla y hasta hacer collares; rescata algún corcho de botella de vino o abre tu costurero y busca botones, lentejuelas, estambre…
Es increíble todo lo que pueden hacer, sentándose juntos en una mesa, desde los chiquitos de 2 hasta los adolescentes de 15 (a los grandes hazlos creer que ellos son el adulto a cargo y listo, se dejan llevar increíble)
ü Un proyecto genial que hizo una de las maestras de mis hijos fue recolectar material de desecho (taparoscas, corcholatas, popotes, plastiquitos…) por colores y hacer esculturas con eso. Es muy divertido el proceso porque quizá durante 1 semana cada quien en la familia puede tener asignado un color y ser el encargado de buscar, identificar y reclectar la “basura” de ese color.
ü Qué me dicen de saltar la cuerda, jugar resorte, escondidillas, las traes y quemados, bote pateado…..
ü Sentarse a armar un rompecabezas (yo fotocopié un mapamundi, le marqué con un lápiz por la parte de atrás las líneas de rompecabeza, lo cubrí con plástico adherente y lo recorté para hacer un rompecabezas: fue facilísimo y es una gran ayuda para aprender geografía), enseñarle a los hijos a jugar ajedrez (a mí nunca me enseñaron de niña y ahora confieso que me encantaría aprender pero me da una flojera inmensa, por eso me encanta que mi esposo le haya enseñado a mis dos hijos) o simplemente jugar turista…. Si son más chiquitos, prueba jugar UNO o serpientes y escaleras, twister (no Twiter, eh) o memoria.
Yo acabo de redescubrir el BASTA y ha sido muy padre. Eso de encontrar colores, animales, flor fruta o verdura, país ciudad o continente, marca, etc... con una letra pone a todos a pensar y es realmente divertido. Se los recomiendo.
En lo personal, este es el tipo de “juguetes” o juegos que a mí me encanta regalar en los cumpleaños, porque además de que es divertido para ellos, es una manera increíble de pasar tiempo de calidad todos juntos.
No es necesario ir a un centro comercial ni tener que salir y gastar dinero para pasarla bien en familia.
ü Tampoco tiene que ser aburrido quedarse en casa: eso de que cada quien esté conectado a su aparato electrónico personal y nadie hable ni interactúe con nadie me parece realmente triste y de consecuencias insospechadas. Mejor, hagan unas quesadillas o preparen unas palomitas y siéntense a jugar todos juntos.
Pasar tiempo de calidad con nuestra familia y hacer de nuestra convivencia cotidiana algo especial también es parte del buen vivir
1 comentario:
Wow, de verdad, no sabes cómo me dieron ganas de ya salirme de mi trabajo y hacer lo que dices con mi hija!!! Sería padre pensar en soluciones para una mamá que trabaja y es divorciada, es un poquito más complicado, no? Pero me encantó tu blog. Saludos!
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